¿Qué son las cataratas?
La catarata es la pérdida progresiva de transparencia del cristalino, la lente natural del ojo que enfoca las imágenes. Con la edad o por otras causas —diabetes, traumatismos, medicación prolongada o cirugía ocular previa— el cristalino se vuelve opaco, afectando la nitidez de la visión.

Factores de riesgo
Entre los factores que aumentan el riesgo para catarata se incluyen:
- Edad avanzada.
- Diabetes.
- Tomar demasiado sol.
- Fumar.
- Obesidad.
- Antecedentes familiares de cataratas.
- Lesión ocular o inflamación previa.
- Cirugía de ojos previa.
- Uso prolongado de medicamentos con corticoides.
- Beber cantidades excesivas de alcohol.
Principales síntomas de catarata
Reconocer los síntomas es clave para saber cuándo operarse de cataratas:
- Visión borrosa o poco contrastada.
- Dificultad para leer o conducir con poca luz.
- Deslumbramientos y halos al conducir de noche.
- Cambios frecuentes en la graduación de las gafas.
- Colores apagados o amarillentos.
- Sensación de “visión doble” en un ojo.
¿Hay que esperar a que la catarata “madure”?
No. Este es uno de los mitos más extendidos. Las técnicas actuales de facoemulsificación o láser de femtosegundo permiten operar la catarata en cualquier fase, de forma ambulatoria y con anestesia en gotas.
Pero tampoco hay que precipitarse. En nuestro entorno profesional circula una frase irónica cuando vemos indicaciones de cirugía de más:
💬 “La cirugía de cataratas es una cirugía urgente: si no la operas tú, la opera el de enfrente.” 😏
Una broma con trasfondo real, que refleja la presión comercial y la competencia en un entorno donde la indicación quirúrgica debería basarse siempre en criterios clínicos y funcionales, no en agendas ni en marketing.
Beneficios de operarse en el momento adecuado
- Cirugía más sencilla y rápida.
- Menor energía ultrasónica y menos inflamación.
- Recuperación visual más ágil.
- Elección más precisa de la lente intraocular (IOL).
- Posibilidad de corregir miopía, astigmatismo o vista cansada en el mismo procedimiento.
- Reducción del riesgo de caídas o accidentes.
Casos en los que puede ser conveniente operar antes
En la mayoría de los pacientes, la decisión de cuándo operarse de cataratas depende de la sintomatología visual y las necesidades de la vida diaria. Sin embargo, hay situaciones en las que puede ser razonable adelantar la cirugía por motivos distintos: unos ópticos y otros médicos.
🟦 1. Cuando la catarata no es la razón primaria de la cirugía
Hay pacientes en los que la catarata no es la causa principal de su limitación visual, sino la graduación que necesitan para ver bien, que ya no toleran con comodidad —por ejemplo, hipermetropías altas, miopías o presbicia avanzada. En estos casos, aunque la opacidad del cristalino sea leve, la cirugía puede plantearse como una forma de mejorar la calidad visual y reducir la dependencia de gafas o lentillas.
En estas situaciones, el oftalmólogo debe valorar cuidadosamente la pertinencia de la intervención desde el punto de vista de la seguridad del ojo y del beneficio visual real. La catarata existe, pero su repercusión es secundaria; lo determinante es la mejora óptica global que la cirugía puede ofrecer.
Está claro que estos pacientes pueden beneficiarse de una mejor calidad de vida al prescindir de gafas en alguna distancia o incluso en todo el rango visual, sin necesidad de esperar a que la catarata sea limitante. De esta forma, aprovechan antes las ventajas de una visión más funcional y estable.
Un ejemplo típico sería el de un paciente hipermétrope de +4 dioptrías de lejos y +7 de cerca, completamente dependiente de las gafas, muy activo y con una catarata incipiente. En su caso, esperar hasta los 75 años —cuando su actividad puede ser menor o su estado ocular más frágil— no tiene sentido si puede mejorar su calidad de vida ya con 60 años, mediante una cirugía segura y personalizada.
🟧 2. Cuando conviene anticiparse por motivos médicos
Existen otros escenarios donde esperar demasiado puede complicar la cirugía o aumentar los riesgos, tanto oculares como generales. Por ejemplo:
- Cataratas muy opacas o endurecidas, que requieren más energía ultrasónica y prolongan el tiempo quirúrgico.
- Enfermedades corneales o endoteliales (como la distrofia de Fuchs), en las que conviene minimizar la manipulación intraocular.
- Síndrome de pseudoexfoliación o debilidad zonular, donde operar antes evita la pérdida de soporte capsular.
- Pacientes con enfermedades sistémicas progresivas, como demencia incipiente, limitaciones cognitivas o enfermedades neuromusculares, en los que una cirugía posterior podría resultar más compleja o estresante.
Casos especiales: cataratas en pacientes jóvenes
Aunque la mayoría de las cataratas aparecen con la edad, también existen cataratas en personas jóvenes, a menudo por causas genéticas, metabólicas, traumáticas o secundarias a tratamientos médicos.
Sin embargo, cada vez se diagnostican más casos en pacientes jóvenes sin ninguno de estos antecedentes, lo que sugiere que factores ambientales o cambios en las conductas actuales —como la exposición continua a pantallas, el estrés oxidativo o la menor exposición a la luz natural— podrían influir. A día de hoy, su origen no está completamente esclarecido.
Estas cataratas suelen tener una evolución más rápida y un impacto visual más acusado, porque aparecen en ojos sanos y activos que necesitan un alto rendimiento visual. Su morfología suele ser distinta —por ejemplo, subcapsulares posteriores o corticales—, y afectan antes a la visión de contraste y nocturna, incluso cuando parecen poco densas.
Son pacientes que a veces alcanzan la última línea de la tabla optométrica, pero con una calidad de visión muy mala: perciben sombras, visión doble o triple, halos, deslumbramientos y gran dificultad para conducir de noche. En personas jóvenes o activas, esto puede representar un peligro real, especialmente al conducir o desempeñar trabajos que requieren precisión visual.
En estos casos no conviene esperar demasiado. No se trata de operar por rutina, pero cuando la visión empieza a interferir con la vida laboral o la seguridad, la cirugía temprana está plenamente justificada. A diferencia de las cataratas del mayor, que progresan lentamente, estas pueden cambiar en pocos meses, y da igual esperar seis meses o un año: el paciente seguirá siendo joven, y su exigencia visual será la misma.
Clasificación de las cataratas: una referencia útil para saber cuando operarse de cataratas
Para valorar la evolución de una catarata, los oftalmólogos utilizamos diferentes sistemas de clasificación. Uno de los más conocidos es la clasificación de Barraquer, que organiza las cataratas del grado 1 (incipiente) al 10 (hipermadura), según su densidad y grado de opacidad, y se correlaciona muy bien con la dificultad quirurgica.
También puedes consultar un resumen práctico en FacoElche: Clasificación de Barraquer y ejemplos clínicos.
Cómo decidir el momento ideal: cuando operarse de cataratas
El momento de cuándo operarse de cataratas se basa en tres factores:
- Tu percepción visual: si notas que la visión afecta tus actividades diarias.
- La exploración oftalmológica: grado de opacidad del cristalino y salud ocular general.
- Tus expectativas visuales: si buscas independencia de gafas o una visión más funcional en todas las distancias.
Preguntas frecuentes sobre la cirugía de cataratas
¿Duele la operación?
No. Se realiza con anestesia tópica en gotas. El paciente está despierto, pero no siente dolor.
¿Cuánto dura la intervención?
Aproximadamente 10–15 minutos por ojo, sin ingreso hospitalario.
¿Qué tipo de lente se coloca?
Depende del caso. Puede ser monofocal, de rango ampliado, trifocal, tórica según la graduación y las necesidades visuales del paciente.
¿Cuándo puedo volver a hacer vida normal?
En la mayoría de los casos, desde el día siguiente pueden retomar la mayor parte de su actividad visual y física. La recuperación visual es muy rápida. Esfuerzos extenuantes, deporte de alta exigencia, baños en piscina o cargar grandes pesos si que se demora algunas semanas.
En resumen
No hay una fecha universal para cuándo operarse de cataratas. El momento adecuado llega cuando la visión deja de ser suficiente para disfrutar de una vida plena y segura.
Sobre el autor
Dr. Francisco Arnalich
Cirugía de cataratas, córnea y segmento anterior
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